Tribuna de Mireia Buchaca, Executive Search Consultant.
Los profesionales de la psicología han dedicado, históricamente, su vida profesional al estudio de los procesos mentales y el comportamiento del ser humano, que se encuentran en constante cambio debido a la interacción con el medio. Sin embargo, además de los ámbitos de la investigación y la clínica, encontramos profesionales psicólogos en otros ámbitos, como en el deporte, en el coaching empresarial o personal, en la educación, y también en el ámbito de recursos humanos. Los psicólogos que, como yo, nos encontramos en la especialidad de selección de personal, nos dedicamos a buscar al óptimo candidato para asumir un nuevo reto y proyecto profesional.
La finalidad de nuestro trabajo es ofrecer un servicio de calidad a nuestros clientes, tanto empresas como candidatos. Unos, nos confían el poder de mejorar la situación de su compañía con la incorporación de potenciales profesionales; a otros, les damos la oportunidad cambiar y mejorar su vida profesional.
Durante el proceso de selección, evaluación y contratación de una persona, son muchas las variables que influyen en la decisión final de optar por un profesional u otro. Más allá de analizar los aspectos técnicos, es muy relevante realizar una buena valoración de las habilidades personales de cada candidato, herramientas fundamentales para desempeñar de manera adecuada su puesto de trabajo.
Evaluar y focalizarse en el análisis y valoración de las habilidades personales de una persona durante el proceso de selección, especialmente focalizado en la contratación de figuras directivas, es imprescindible debido al impacto que éstas tienen en las organizaciones. Son muchos los factores que influyen y deben tenerse en consideración a la hora de trabajar para que una persona pueda desempeñar sus responsabilidades con éxito, como son evaluar el contexto, el estilo relacional y comunicacional, las habilidades sociales, estilo de liderazgo, etc. ya que todas estas variables conforman a la persona y se reflejan en su manera de trabajar en la organización.
No siempre los profesionales de los recursos humanos tienen una formación reglada en psicología. De hecho, no es lo más habitual. En mi caso, haberme podido formar en ambas disciplinas, psicología y recursos humanos, me permite, a día de hoy, llevar a cabo unos procesos de selección con una mirada distinta, con la capacidad de identificar a través del discurso y la conducta de los candidatos, ciertos matices implícitos que denotan tendencia hacia un tipo de personalidad y unas características u otras. Aspectos requeridos para que se produzca un elevado encaje entre la figura incorporada, tanto a nivel técnico como acorde con la cultura, visión y misión de la organización.
Son muchos los beneficios que aporta en los procesos de selección el poder ofrecer una mirada psicológica, más focalizada en la persona, sus habilidades personales y sociales, tan necesarias para el éxito, incluso a veces más que el perfil profesional de la persona.