Artículo de Daniel Pascual, Managing Director de Human Consulting
Sí, es triste, pero es verdad.
Por eso, tranquilo, no te estreses tanto ni te esfuerces en vano.
Estamos en manos de muchos líderes tradicionalistas.
Que se orientan en modelos de liderazgo y gestión inspirados en las guerras, crisis y conflictos.
Por haberse mantenido tanto tiempo estos modelos sin ser cuestionados se han aceptado como la norma, creyendo entender que los líderes están siempre en una “batalla” constante de tener que ganar (= crecer).
Por eso en la pandemia los modelos hasta entonces existentes no han funcionado ni han sabido adaptarse con rapidez.
Es más, se evidenció más que nunca que el tema de las personas ha estado en realidad siempre en un segundo plano.
Concluyo por eso que hay varias razones por las que tu trabajo nunca va a cambiar.
Esto se debe desde mi punto de vista por los malos hábitos arrastrados desde siempre, dinámicas de poder egocéntricas, cambios de liderazgo que no dan continuidad, trabajo definido principalmente por tareas (que lleva al burn out), nadie parece priorizar realmente la retención del talento y el GRAN PROBLEMA:
Si piensas diferente y retas el estatus quo en un entorno corporativo, te van al final aislando hasta echarte de la organización.
Porque veo en muchas ocasiones a ejecutivos de pensamiento realista e innovador literalmente siendo apartados y finalmente expulsados por el management, especialmente si es senior.
Es triste ver una y otra vez que posiciones de liderazgo en empresas o incluso en nuestras instituciones y gobierno están ocupadas por personas que han sabido “seguir y mantener las normas”. Los que se han opuesto a sus superiores haciéndoles sentir incómodos o retados se les ha apartado y finalmente invitado a salir.
No quiero generalizar ni caer en opiniones políticas sesgadas, pero es más que obvio lo que está pasando.
En muchos casos el traer una visión más crítica en el entorno de la empresa es visto la mayor parte de las veces como un generador de problemas.
Aun me resuena en mi memoria la vivencia de ver a un directivo (de esto ya hace algunos años) dando la bronca a su equipo de “no os pago para que penséis.”
Esto pasa porque no se quiere romper “el sistema establecido”.
Volvemos a lo de siempre. No hay tiempo y los directivos, los que lideran, al final lo que quieren es resolver las cosas y no complicarse la vida, tomar decisiones de forma rápida y sin complicaciones.
Y no se les puede reprochar nada. Estamos cada vez con más volumen de trabajo y la presión de tener que responder rápido.
¿Tiempo para pensar, reflexionar o replantear las cosas?
Es un lujo que pocos tienen o se permiten.
Sí. Esto es uno de los problemas críticos a los que se enfrentan muchas organizaciones.
Esto lleva a que muchos de estos perfiles que quieren y pueden aportar gran valor a la empresa se vayan desgastando, abdicando y finalmente desistan yéndose o quedándose porque tienen familia y una hipoteca que pagar.
No se quiere a los realistas. Las empresas prefieren a los OPTIMISTAS CONVENCIDOS, aquellos que tienen esa creencia absoluta y sin fundamento de que LO PUEDO HACER TODO…si le pongo más horas, si me esfuerzo más. Pero en realidad es una creencia irrealista ya que se han creído y autoimpuesto que pueden hacer cosas que en realidad no pueden hacer.
Es una fantasía, una mentira que muchos simplemente se crean y quieren creer. Y esto es algo que les interesa a las organizaciones porque no les genera problemas.
Únicamente en negocios de fuerte crecimiento y start ups se quieren a los realistas. Porque en la esencia del ir avanzando está el compromiso del equipo con querer aportar valor y resolver retos dentro de una profunda cultura del aprendizaje y de la adaptación. No se trata de someter a las personas a seguir una cultura del EJECUTAR PORQUE SIEMPRE SE HA HECHO ASI o PORQUE LO DIGO YO.
Pero la realidad es que a la mayoría de los líderes les encanta simplificar y categorizar a las personas en dos grupos:
- Los que no generan trabajo adicional ni problemas.
- Los que generan trabajo adicional y problemas.
A esto se suma que hoy en día ya nadie entiende bien lo que significa hoy y en los próximos años su trabajo y su posición. Existe demasiada confusión, especulación y alarmismo alrededor de las organizaciones y sus trabajadores en términos de…
- Hacia dónde vamos con el trabajo presencial y remoto
- Priorizar la carrera o la vida personal (¿Qué quiero realmente?, ¿Qué valoro más? y ¿Qué me puedo permitir?)
- Como mantenerse actualizado y adaptándose a los cambios continuos para seguir aportando valor y crear así cierta estabilidad (aunque solo sea para tranquilizarse uno mismo)
- Convivencia entre distintas generaciones y culturas
- Incremento de la complejidad, velocidad y presión de la productividad
- Cambios impredecibles a través de la tecnología, geopolítica, etc.
Pero tenemos el cambio justo frente a nosotros o en algunos sectores estamos ya en pleno cambio y muchos, la gran mayoría, prefiere que las cosas se mantengan como hasta ahora:
Para estos líderes tradicionalistas su mayor herramienta para mantener este estatus quo y estabilidad ficticia es la de deshacerse de distintas formas (muy sutiles por cierto!) de las personas con diferentes puntos de vista y enfoques.
¿Cómo lo ves?