Artículo de Álvaro Cárcel, Partner. 


Sociedad líquida:  entorno en el cual nos movemos. 


  En los últimos años, el concepto "sociedad líquida" acuñado por Zygmunt Bauman ha cobrado relevancia para describir el entorno social en el que vivimos, siempre cambiante y volátil. Este concepto sugiere que vivimos en una sociedad que se caracteriza por la incertidumbre, el cambio constante y la fluidez, donde las estructuras tradicionales se desvanecen de forma rápida, dando lugar a nuevas formas de interacción y organización. Esta dinámica también se ha trasladado al mundo empresarial, dando origen a las "organizaciones ágiles" y la demanda de "talento adaptable".

La noción de una sociedad líquida gira en torno a su constante estado de cambio y transformación. Los avances tecnológicos, la globalización y los desafíos sociales han tensionado la forma en que interactuamos, trabajamos y vivimos. En esta realidad, la adaptabilidad se ha convertido en una habilidad crucial para sobrevivir y progresar. Aquellas personas que puedan “abrazar” la incertidumbre, aprender rápidamente y adaptarse a nuevas situaciones tienen una clara ventaja competitiva.


Organizaciones líquidas como respuesta a las exigencias del entorno

Para mantenerse relevantes en una sociedad líquida, las organizaciones han tenido que evolucionar forzosamente. Las estructuras jerárquicas tradicionales y los procesos rígidos ya no son efectivos para enfrentar la volatilidad del entorno y las expectativas cambiantes de los clientes. Las organizaciones ágiles se caracterizan por su flexibilidad y capacidad para adaptarse rápidamente a un entorno poco lineal. Fomentan una cultura de innovación, aprendizaje continuo y toma de decisiones ágiles.


Talento líquido: La clave de una carrera exitosa      

En este entorno dinámico, el concepto de "talento adaptable" ha surgido como un atributo esencial para los profesionales. Los empleados con talento adaptable poseen una mentalidad abierta y permeable, que les permite desarrollar habilidades transferibles y adquirir nuevos conocimientos. Pueden desarrollarse con éxito en diferentes roles y contextos, y muestran apertura a enfrentarse a desafíos desconocidos. Esta versatilidad les permite adaptarse rápidamente a nuevas circunstancias y aportar un valor significativo al responder a las  necesidades de organizaciones cada vez más ágiles.


El talento líquido o adaptable, también tiene la capacidad de crear y mantener sólidas redes de contactos. Es imposible adaptarse viviendo en entornos estancos. Conectar con diversas personas (dentro y fuera de la propia organización), y fomentar la colaboración interdisciplinaria o interdepartamental es crucial para obtener perspectivas más amplias y encontrar soluciones innovadoras a los nuevos problemas que van apareciendo. 



Conclusión: Abrazando la Adaptabilidad para el Futuro

El talento líquido es una consecuencia de las dinámicas propias de la sociedad en la que estamos inmersos.

Por desgracia de aquellas personas amantes de la estabilidad y resistentes al cambio, la adaptabilidad, la flexibilidad y la apertura al cambio se han vuelto fundamentales para prosperar en un mundo caracterizado por la incertidumbre.

Aquellas personas incapaces de navegar el cambio y que se aferran a estructuras obsoletas se quedan atrás, mientras que aquellos que abrazan la adaptabilidad descubren oportunidades y posibilidades ilimitadas. 

No es un proceso fácil de gestionar. Es más, requiere de una cierta “reprogramación mental”, y puede ser desgastante en ocasiones. Pero es la única forma, no hay alternativa. 

En una frase, el éxito de un profesional  en la sociedad líquida se puede resumir en su capacidad de “saber qué hay que hacer cuando no sabe lo que hay que hacer”.